jueves, 22 de noviembre de 2007

HIERBA DE ANTES



Por qué buscar el brillo en el estanque como creyendo que sólo el rayo es la alegría si es en las lunas que te hallo y te rozo. Por qué pensar en el pasado, en el instante, si es ahora que te tengo, que casi luego me levanto y se repite nuevo el rito. Porque el verdor, el de la hierba, no es estable, cuando la hierba cierra los ojos y se hace lumbre y encamina este tallo hasta tu boca en que se siente el sabor, el que nos tuerce, imaginando la textura de esa noche.
Pronto reclama a la lluvia la espesura y recupera en los sentidos mi palabra, la que te sabe, te adivina, que me inventa y en la que sabes tú esconder nuestros secretos.

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